¿Cuantas veces nuestra vida da un giro de 360º?
¿A quien no le ha pasado? Te llevas levantando meses y meses siendo feliz, has vivido momentos duros pero te has conseguido olvidar de ellos y seguir adelante. Tienes una sonrisa en la cara que te imaginas que nadie puede borrar, tus ojos están iluminados como cuando eramos niños, tu corazón no deja de latir con fuerza y recuerdas la causa de tu felicidad.
De repente todo cambia, te levantas un día y sabes que las cosas no van a ir bien, intentas seguir como siempre sin querer adelantar acontecimientos, piensas que eso que sientes son simples tonterías pero, según va pasando el día, cada vez estás mas convencida que no vas a seguir siendo la misma que has sido todo este tiempo, que tu vida va a cambiar y tu puedes hacer nada.
Después de desear que el día se acabe te das cuenta de lo que ha pasado, te das cuenta que tu felicidad se ha ido, que tu sonrisa se ha desvanecido, que en tus ojos viven lágrimas, tu corazón sigue latiendo pero sin saber porque, que tus piernas siguen el camino oscuro en el que están pero sin saber hacia donde se dirigen, que es tu mente la que las controla, que por mucho que no quieras seguir sabes que tienes que hacerlo, te cuesta, no hay nada fácil, pero no puedes hacer otra cosa, que deseas con toda tu alma volver atrás en el tiempo e impedir que ocurra todo esto, que miras hacia arriba y ves como cada vez tu felicidad está más lejos, saltas, vuelves a saltar, pero no llegas, en cada salto te das cuenta de más cosas, cosas que te duelen y evitan que puedas conseguir tu objetivo. Y entonces es cuando te sientes sin rumbo hacia donde conducir tu vida y aprendes que los principios dan miedo, los finales son tristes y lo que importa es el camino.